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Morir para vivir

  • Foto del escritor: Rodrigo Joaquín del Pino
    Rodrigo Joaquín del Pino
  • 17 mar
  • 2 Min. de lectura




Los místicos trabajan con la muerte; no le temen, se han entregado a ella. Porque esta idea de “vivir” que hoy tenemos gira en torno a permanecer en el disfrute de un mundo falso.


Uno tendría que morir primero: a todas las ideas engañosas impuestas por un predador que te habla de “ciencia y educación”; a todos los preceptos dudosos preestablecidos; a todas “tus expectativas” que son parte de un programa; y a todas esas preocupaciones derivadas que parecen dignas, pero no lo son.


Deja que muera esa parte de ti que adora la seguridad y la comodidad. ¿Acaso te parece digno vivir con miedo? Atrévete a ir más allá de los límites ilusorios que te atormentan.


Una forma de morir a la falsedad es servir. En la vida de monje, servimos; no trabajamos por dinero. Sin embargo, el dinero llega igualmente. Cuando realizamos actos incondicionales, otros sienten el deseo de hacer lo mismo. Y es una manera de morir: cuando uno sirve, está muerto a la vida falsa, porque sirve.


Al realizar actos incondicionales, empiezas a descubrir quién eres. Estos actos nos enseñan qué es el amor, qué es la vida. Nos conectan con la sustancia eterna, porque son actos puros, libres de intereses materiales, sean burdos o sutiles.


Todo acto motivado por negocio, por deseo de la belleza de un hombre o una mujer, por dinero o por un título que traiga reconocimiento, solo refuerza la idea de que somos un cuerpo destinado a morir. En cambio, al conectarnos con las acciones incondicionales, estamos realizando la perfección, la eternidad y la conciencia pura de nuestra verdadera identidad.



Rodrigo Joaquín del Pino

PhD Indovedic Theology

1 Comment


Vero Peruggino
Vero Peruggino
Mar 31

Morir a tanta ideas falsas, engaños, conceptos.. Gracias Maestro !

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