Sobre mí

Una decisión marcó el rumbo de mi vida. En mi adolescencia solía sentir que la gente a mi alrededor era ruido: voces que decían ser felices pero rostros expresando lo contrario. Ví dos opciones: acostumbrarme a ello o salir a buscar respuestas.A los 17 años ya estaba en Oriente. La vida era servicio e India era mi casa. Cada mañana escuchaba con fascinación a esos hombres y mujeres que dedicaban su tiempo a mirarse con honestidad. Una luz mágica emanaba de sus corazones junto a moléculas de paz que serenaban mi mente. Ellos estaban inmersos en esa Locura de Amor llamada Dios. Y de ese contacto suave y permanente emergió la esencia inexplicable de mi educación.Cuando experimenté que la real felicidad entraba a mi corazón, mi intelecto colapsó en un éxtasis de comprensión interior. Ya no importaban otras expectativas, el mundo podía seguir su curso fluctuante sin que dependiera de él. Vivía.